martes, 25 de noviembre de 2008

Analízame 5. Una historia de fantasmas.

Hace algunas semanas atrás.






Nora - ¿Cómo estás?

Yo – Triste.

Nora – (me mira)

Yo – Se incendió el lugar en donde trabajo.

Nora – Claro, me imagino ¿Se lastimó alguien o sólo fue un incendio?

Yo – No, sólo un incendio a las 6 de la mañana. Se perdió mucho. Recuperamos lo que pudimos y ahora estamos yendo de un lado a otro para poder seguir trabajando hasta que nos ubiquemos en las nuevas oficinas.

Nora- Bueno, no se lastimó nadie, eso es importante ¿Y como se generó el incendio?

Yo – (Me río) lo generó un fantasma.

Nora - ¿Eh?

Yo – Si, es irrisorio pero es verdad. Pasaban muchas cosas en ese lugar y bueno después del incendio pasaron cosas muy raras, muchas coincidencias, que se yo, es creer o reventar.

Nora - ¿Creés en los fantasmas?

Yo – Respeto mucho ese tema. Creo que hay algo más.

Nora – Siempre que pasan cosas que no entendemos hay algo más.

Yo – Si…

Nora - ¿Quiénes son tus fantasmas?

Yo – ¿Mis fantasmas? Hoy creo que son muy pocos. Es increíble la vida va pasando y siento que los fantasmas se van renovando. Algunos se van, otros se quedan, quizá no molestan, pero sabés que están ahí, que ante el menor movimiento pueden aparecer…

Nora – ¿Te dan miedo?

Yo – Miedo no, respeto.

Nora - … (Me mira)

Yo – Ok me dan miedo. Me da miedo encontrarme con un fantasma en el momento menos pensado.
(Pineso un poco)
En realidad siempre uno tiene fantasmas, siempre hay cosas que se fueron, pero que siguen ahí de alguna manera u otra. Hace varios años mis fantasmas me lastimaban mucho. Los recuerdos o sentir que veía a esa persona por la calle me hacía mierda, hasta que la literatura una vez más salvó mi vida… llegó a mis manos “El fantasma de Canterville”, lo leí y entendí que el trato con los fantasmas depende exclusivamente de uno/a.

Nora – Tal cual ¿Y hoy?

Yo – Hoy me inquietan, me ponen triste, me movilizan. Te cuento algo. Cuando la agencia se incendió, en un principio todos creímos que fue por un cortocircuito, hasta que el sereno que se quedó a cuidar el lugar de noche, al otro día contó todo lo que le había sucedido, lo cual tenía que ver con esas historias que conocíamos nosotros, con esas vivencias que habían tenido mis compañeros las noches que se habían quedado trabajando hasta la madrugada. Fue muy fuerte su relato, no conocía nada sobre esa historia y sin embargo lo que contaba era lo mismo que contaban los chicos.
Igual, lo que me impresionó fue lo que el hombre dijo: “lo malo de los fantasmas es que no pueden matarte, sin embargo pueden molestarte tanto que pueden lograr que te lastimes o que te mates”
Es terrible, pero yo creo que es cierto y que ese es el principal problema con los fantasmas, que sentir su presencia, sea real o no, te terminan lastimando.

Nora – Si… pero El Fantasma de Canterville nos enseña otra cosa…

Yo – Si, tenés razón, nos muestra que hay que reirse, que no hay que salir corriendo, que hay que convivir con los fantasmas a veces y que son parte de la vida, por más que no están en nuestro plano real.

Nora - ¿Entonces por qué te angustia tanto la historia del fantasma?

Yo – Porque siempre hay nuevos fantasmas, porque siento que se reproducen constantemente, que no hay fin.

Nora – Claro, los fantasmas están relacionados con las personas, cuantas más personas conozcan, más probabilidades de que existan más fantasmas en tu vida.

Yo – Que horror vamos avanzando y vamos coleccionando fantasmas, me da la sensación que no podemos liberarnos de ellos, por más que digamos “no existen, no existen”, están ahí...

Nora – No les tengas miedo, están ahí, están acá, pero principalmente están en tu cabeza, no dudes de su existencia, afirmalos, desde el momento en que se afirman es cuando más fuerza empiezan a cobrar y más rápido se comienzan a ir. Los fantasmas, no son ni más ni menos que ese residuo que quedó de una vivencia. Está en uno aferrarse a esa vivencia pasada que no está más, o alimentar la vivencia propia.

Yo – …

Nora - Bueno terminamos acá, te libero… hasta el martes.


Y si, esta mina logra liberarme.
Les dejo algo que me regaló una de mis grandes amigas en un momento clave de mi vida, cuando un fantasma me seguía por todas partes. Es excelente.

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEip2VH9mHeOo_aNHyrCoXaMuBKFlZqYuvaoG5XWPa9V9nUlsu_GAlSOl-VTR6tJ9ms7ZM-l0-0Lfb_bZC_lMNUXbAWPXL_qHwRbrI3CtFb2ECa8_Tyi7PP3Z_38FCawpgmVr1F47cfaJGFg/s1600-h/143.jpg

lunes, 17 de noviembre de 2008

Analízame 4. Cenicientas y Cenicientos

Luego de hablar de todo y no hablar de nada, en la mitad de la sesión salió el tema de “la magia” y pasó esto:




Yo – Los otros días estaba ordenando mis cajas de libros de cuando era chica y me encontré con una colección de cuentos clásicos, entre ellos “Cenicienta”. Lo volví a leer y me dejó pensando un montón.

Nora – Contame.

Yo – Bueno, conocés Cenicienta, la minita desgraciada que no tenía nada y gracias a su Hada Madrina pudo ir al gran baile y conocer al tipo de su vida. Definitivamente esa historia no merece otra palabra que Bullshit, sin embargo la duración de la magia y su transformación en calabaza me dejó pensando bastante.
En el cuento, Cenicienta necesita de la magia para poder salir de la vida de mierda en la que estaba y gracias a ella llegó al baile, impactó al principe…y plaf! 00:00 horas, a la mierda con todo. En la vida real también pasa eso, pero por lo general la magia empieza a las 00:00 y termina a la mañana o a la tarde siguiente y ¿sabés qué? Me rompe las pelotas.
Para mi esa magia es mediocre, no sirve, no alcanza…

Nora - ¿No alcanza para qué?

Yo – No alcanza para querer de verdad a alguien.

Nora - Tu problema es que la magia tiene horarios, como le pasaba a Cenicienta.

Yo – Exacto.

Nora – ¿Y si la magia es eso?

Yo – Si la magia es eso me quiero morir.

Nora – No entiendo por qué te querés morir, porque esto que me estás contando no tiene nada que ver con vos.

Yo - ¿Cómo que no tiene que ver conmigo?

Nora – Mirá, si a mi este planteo me lo haría otra persona, abordaría el tema mostrándole lo importante que es la magia fuera de los horarios clishés, viernes y sábado después de las 00:00 hs, ahora bien, este planteo me lo hace una persona con una vida social y emocional muy activa, que cuatro veces por semana se va a dormir a cualquier hora de la madrugada porque se queda con sus amigos y gente que conoce analizando la vida, tomando vino, cerveza o lo que sea, con un gran nivel de análisis, que tiene una mirada muy critica… ¿De qué carencia de magia me estás hablando?

Yo – ¿Eh?

Nora – Que no es la carencia de magia lo que te preocupa.

Yo – Si…

Nora – No, porque no sos de las personas que esperan toda la semana para que el fin de semana le pase algo importante, todo lo contrario, llenas tu semana y disfrutas de las personas que querés y además conocés gente nueva e interesante en todo momento. Tu problema es que no haya magia con la persona que realmente querés que haya, eso es lo que no te bancas y no la boludez de “Ay quiero magia a las 3 de la tarde de un jueves”.

Yo – sos una turra…

Nora – ¿Me equivoco?

Yo – No.

Nora –Ves, los horarios clishés, son tu excusa para protestar, el problema es con quien invertís la magia

Yo - Pero me da bronca, yo no soy así, me da bronca que la gente no se haga cargo, yo jamás me comportaría como una Cenicienta.

Nora – A veces, hay que aceptar que no siempre nuestros hechizos van a funcionar con el otro. ¿Cuantas veces quisimos un príncipe y ni siquiera llegamos al sapo?
Acordate que para un buen hechizo hacen falta los elementos, las palabras mágicas y sin embargo, muchas veces con un “abracadabra” no alcanza.
Lo principal es poder hacerse cargo que por más buena voluntad que pongamos, a veces la magia no está. Hay más “Cenicientos” de lo que crees.

(Sabía que lo que me decía era cierto, sin embargo mientras hablaba la odiaba y además me lastimaba escucharla)

Yo – Ok… ¿me puedo ir?

Nora – Si. Nos vemos el martes Cenicienta. Como verás convivir con la magia es complicado, tan complicado que a veces en el momento menos indicado y esperado nos terminamos escapando.

(Definitivamente una yegua…)

Yo - …

Nora – Acordate, a veces las cosas no son como queremos y por más que gritemos infinidades de palabras mágicas las cosas no van a cambiar. Una vez que entiendas esto, vas a ver como vas a depender menos de la magia y más del momento.






Si hubo algo que jamás pensé, es que una charla de mierda con esta mina me iba a encontrar escapando del consultorio corriendo por las escaleras, cual Cenicienta, por miedo a seguir escuchando verdades y que me hechizo de felicidad desapareciera.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Analízame 3. Matando Superhéroes.

Sesión de un martes de agosto de 2008, una de las sesiones más angustiantes.

Yo - Hoy quiero hablar de los superhéroes.

Nora - Superhéroes…

Yo - Si, lo necesito.

Nora - Bueno, entonces empezá.

Yo - Los otros días fui a ver Batman y en una parte de la película, uno de los personajes dice que Ciudad Gótica necesita un héroe, a lo cual me pareció una total idiotez ¿Por qué? Porque la gente no quiere superhéroes, en realidad no se banca la intensidad de los superhéroes.

Nora - …

Yo - Lo que rescato de la película (aunque no tiene que ver con la película) es justamente la necesidad de creer en algo externo.

Nora - ¿Qué tiene que ver Batman con vos?

Yo - Que me cansé de salvar vidas.

Nora - ¿Qué vidas?

Yo - De la gente, el puto mundo por decirlo de alguna manera.

Nora - Disculpame ¿Haces trabajo comunitario y no me contaste?

Yo – No (Con voz de orto), me entendiste lo que quise decir.

Nora – La verdad que no ¿Qué vidas salvás? La del indigente que está en la calle, la del pibe abandonado que pide, la de los viejos que nadie quiere, la de tu familia, la de tus amigos, la de la gente nueva que conocés ¿De qué vidas me hablás?


(Y si, de vez en cuando tira esas guachadas que te dan ganas de mandarla a la mierda.)

Yo - Siento que muchos de los vínculos que entablo son geniales porque puedo aportar mucho y hasta puedo salvar. Por lo general la gente está perdida en la vida, yo no digo que no lo estoy, sino digo que mi visión muchas veces ayuda a los demás a ser más felices, es lo que me pasa en el día a día.

Nora - Igualmente, esto no te hace un superhéroe.

Yo - Pero me coloca en un lugar distinto. Y el problema no es ese, sino que muchas veces termino alejada y no porque no me quieran, sino porque mi visión de mundo y mi entendimiento de los sentimientos es tan profundo que al principio a la mayoría le encanta, pero después les parece demasiado y se corren, en síntesis no se lo bancan. Te digo esto y aparece en mi cabeza lo que dice mi amiga Bettina: Los superhéroes nacieron para estar solos.

Nora - Tu amiga tiene razón ¡PERO VOS NO SOS UN SUPERHEROE PARA IR SALVANDO A TODO PELOTUDA/O QUE SE CRUCE EN TU CAMINO!

Yo- …

Nora- Por lo general los superhéroes tienen una misión que cumplir: algunos se ocupan de la justicia, otros de los débiles, otros de “los malos” y así podría hacer una lista extensa. Ahora bien, estos superhéroes tienen superpoderes, pueden hacer la mayoría de las cosas que hacen porque justamente tienen un plus que ninguno de los humanos tenemos. Vos podés decirme: “Yo tengo inteligencia emocional” y yo te puedo contestar “Es verdad, pero hay mucha gente con inteligencia emocional en el mundo” por lo tanto no te hace distinta ni te pone en el lugar de superhéroe. ¿A qué voy con esto? A que no pongo en duda lo que me contás, en absoluto, de hecho creo que es así, sos una persona que emocionas, que sensibilizas y que logras conexiones increíbles, pero eso NO TE HACE UN SUPERHEROE PARA ANDAR “SALVANDO” GENTE POR AHÍ.
Si te ponés a ver, el conflicto de Batman en la última película es justamente que no era un superhéroe, era un hombre y un héroe, por lo tanto se enfrentaba a la lucha constante de ver que era realmente, con el plus de tener ciertas características que lo hacían diferente a los hombres comunes y corrientes.

Yo – Ok, entendí la diferencia entre mujer y superhéroe, pero decime: ¿Y entonces? ¿Qué hago con todo esto? ¿Qué hago con la emoción?

Nora - ¿Con “todo esto”? Por un lado te va a hacer inevitable llevarlo porque es muy tuyo, es una gran característica que vas a tener que aprender a usar, PEEERO con vos, no “salvando vidas” y por el otro lado aparece la pasión. Salvá tus vidas y cuando digo “vidas” te hablo de la profundidad con vos misma, quizá no es que los demás primero compran tu faceta de superhéroe y después escapan, quizá a vos te da miedo esa propia faceta, quizá esa faceta deberías alojarla en tus pasiones, en todo lo que haces y tiene que ver con vos, en lo que escribís y en lo que pensás, algo básico en tu vida.
Miralo a Batman en la ultima película, ahí es donde más claro está la dualidad de vivir y sentir por un lado, y tomar las riendas del mundo por el otro ¿Te acordás como termino Batman?

Yo: - Si.

Nora: - No sos un superhéroe para tomar las riendas del mundo y para elegir quedarte sola, porque es verdad… la gente no siempre se banca tanta emoción.

(Y es acá en donde me largo a llorar y no puedo parar.)

Nora – Entiendo tu angustia y tu bronca y además, sé como muchas veces te duele el mundo, pero tenés que entender que no es tu responsabilidad.
Esta vez vas a tener mucho que pensar y replantearte al respecto. Terminamos la sesión acá. Te veo el martes que viene.

(Pasan unos minutos, me calmo y me seco las lágrimas.)

Yo - Creo que entendí el punto, pero va a ser complicado me parece… se hizo muy tarde esta vez, me voy volando porque no llego al trabajo.

Nora se ríe, me saluda y me dice lo siguiente…

Nora - Mejor andá caminando, volar no es lo tuyo, no lo olvides.







Si gente, a esta mina además de contarle mis mediocridades, patetismos y quilombos varios, cuando me retiro debo abonarle la puta hora. Que amor!