lunes, 17 de noviembre de 2008

Analízame 4. Cenicientas y Cenicientos

Luego de hablar de todo y no hablar de nada, en la mitad de la sesión salió el tema de “la magia” y pasó esto:




Yo – Los otros días estaba ordenando mis cajas de libros de cuando era chica y me encontré con una colección de cuentos clásicos, entre ellos “Cenicienta”. Lo volví a leer y me dejó pensando un montón.

Nora – Contame.

Yo – Bueno, conocés Cenicienta, la minita desgraciada que no tenía nada y gracias a su Hada Madrina pudo ir al gran baile y conocer al tipo de su vida. Definitivamente esa historia no merece otra palabra que Bullshit, sin embargo la duración de la magia y su transformación en calabaza me dejó pensando bastante.
En el cuento, Cenicienta necesita de la magia para poder salir de la vida de mierda en la que estaba y gracias a ella llegó al baile, impactó al principe…y plaf! 00:00 horas, a la mierda con todo. En la vida real también pasa eso, pero por lo general la magia empieza a las 00:00 y termina a la mañana o a la tarde siguiente y ¿sabés qué? Me rompe las pelotas.
Para mi esa magia es mediocre, no sirve, no alcanza…

Nora - ¿No alcanza para qué?

Yo – No alcanza para querer de verdad a alguien.

Nora - Tu problema es que la magia tiene horarios, como le pasaba a Cenicienta.

Yo – Exacto.

Nora – ¿Y si la magia es eso?

Yo – Si la magia es eso me quiero morir.

Nora – No entiendo por qué te querés morir, porque esto que me estás contando no tiene nada que ver con vos.

Yo - ¿Cómo que no tiene que ver conmigo?

Nora – Mirá, si a mi este planteo me lo haría otra persona, abordaría el tema mostrándole lo importante que es la magia fuera de los horarios clishés, viernes y sábado después de las 00:00 hs, ahora bien, este planteo me lo hace una persona con una vida social y emocional muy activa, que cuatro veces por semana se va a dormir a cualquier hora de la madrugada porque se queda con sus amigos y gente que conoce analizando la vida, tomando vino, cerveza o lo que sea, con un gran nivel de análisis, que tiene una mirada muy critica… ¿De qué carencia de magia me estás hablando?

Yo – ¿Eh?

Nora – Que no es la carencia de magia lo que te preocupa.

Yo – Si…

Nora – No, porque no sos de las personas que esperan toda la semana para que el fin de semana le pase algo importante, todo lo contrario, llenas tu semana y disfrutas de las personas que querés y además conocés gente nueva e interesante en todo momento. Tu problema es que no haya magia con la persona que realmente querés que haya, eso es lo que no te bancas y no la boludez de “Ay quiero magia a las 3 de la tarde de un jueves”.

Yo – sos una turra…

Nora – ¿Me equivoco?

Yo – No.

Nora –Ves, los horarios clishés, son tu excusa para protestar, el problema es con quien invertís la magia

Yo - Pero me da bronca, yo no soy así, me da bronca que la gente no se haga cargo, yo jamás me comportaría como una Cenicienta.

Nora – A veces, hay que aceptar que no siempre nuestros hechizos van a funcionar con el otro. ¿Cuantas veces quisimos un príncipe y ni siquiera llegamos al sapo?
Acordate que para un buen hechizo hacen falta los elementos, las palabras mágicas y sin embargo, muchas veces con un “abracadabra” no alcanza.
Lo principal es poder hacerse cargo que por más buena voluntad que pongamos, a veces la magia no está. Hay más “Cenicientos” de lo que crees.

(Sabía que lo que me decía era cierto, sin embargo mientras hablaba la odiaba y además me lastimaba escucharla)

Yo – Ok… ¿me puedo ir?

Nora – Si. Nos vemos el martes Cenicienta. Como verás convivir con la magia es complicado, tan complicado que a veces en el momento menos indicado y esperado nos terminamos escapando.

(Definitivamente una yegua…)

Yo - …

Nora – Acordate, a veces las cosas no son como queremos y por más que gritemos infinidades de palabras mágicas las cosas no van a cambiar. Una vez que entiendas esto, vas a ver como vas a depender menos de la magia y más del momento.






Si hubo algo que jamás pensé, es que una charla de mierda con esta mina me iba a encontrar escapando del consultorio corriendo por las escaleras, cual Cenicienta, por miedo a seguir escuchando verdades y que me hechizo de felicidad desapareciera.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Eso solemos hacer escapar y correr. Y Ni hablar si esa magia la vemos, salimos corriendo por las dudas de que se termine. Deberiamos ver al miedo a los ojos y enfrentarlo.

Abri los ojos un poco con esta nueva cenicienta que hoy nacio en mi.

[LA NEGRA] dijo...

Es casi una obligación espiritual contestarte esta publicación, y es que sí mi querida analizada, el problema a veces de analizar, es que sin querer terminamos objetuando las cosas que más bien son inherentes al sujeto. Traducido a la metáfora de la magia sería: SIN CONEJO NO HAY MAGIA. Y aunque suene un poco proletaria, creo que es la verdad, la magia no está sujeta a horarios, sino a personas, podemos ser grandes magos paseándonos por la vida con nuestras hermosas varitas, pero si los conejos se declaran en huelga estamos jodidos!!! Podemos huir a las 00, olvidar nuestras varitas, recitar hechizos de memoria, perder zapatitos de cristal, pero nada de esto tiene sentido sin el conejo adecuado.