martes, 22 de junio de 2010

Analizame 39 – Om

YO – Hola.

Nora - ¿Hola, qué tal?

YO – Bien, tranquila.

Nora - …

YO – Bueno no sé si tan tranquila…

Nora - ¿?

YO – Con esto que estuvimos hablando los otros días, sobre la muerte me dejó pensando mucho… La realidad es que creo que estoy triste, creo que las cosas no tienen sentido… No te voy a decir que estoy depresiva porque eso es mentira, de hecho me levanto todas las mañanas, voy a trabajar, salgo con mis amigos, me rio… pero la verdad es que no me siento bien, me veo desganada… que se yo… a tal punto está mi ánimo que me anoté en yoga…

Nora – Mirá que bien ¡Te felicito!

YO – Si, pero no me sentí bien… Ya sé, parezco una pelotuda inconformista con la muletilla “si, pero no me siento bien” pero es la verdad.

Nora – ¿Por qué Yoga y no otra actividad?

YO - Y… Yoga está vinculado con la meditación y la tranquilidad, y la verdad es que siento que mi cabeza con todo el tema de la muerte y las corridas del tiempo, si bien pude entender todo lo que venimos trabajando, siento que no hay manera de bajarlo a tierra, de poder lograr un equilibrio. No puedo Nora.

Nora - ¿Y entonces?

YO – Bueno, me anoté, llegué a la clase y cuando la persona que va a ser mi profesor me preguntó por qué empezaba con esta nueva actividad, le dije que necesitaba ser más feliz…

Nora – (…)

YO – Bueno, le dije eso, la mujer sonrió y me comentó que íbamos a trabajar sobre algunos de mis chacras para lograr el equilibrio y poder llegar al autocontrol de mis emociones…

Nora - ¿Y entonces?

YO – Y me pasó que cuando empezamos a meditar comencé a sentir que se acercaba un ataque de pánico… terrible… la angustia que sentí fue horrible.

Nora – Ataque de pánico… mirá vos…

YO – Si, sentí que una angustia me invadía y una sensación de incomodidad que no puedo explicar… TODO, pero todo me molestaba, me sentía tan chiquita… a veces pasa que hay lugares y momentos que molestan e incomodan… y me paso eso, lo peor es que es un lugar agradable, no entiendo por qué me paso todo eso ahí… viste cuando querés que algo pase rápido, bueno, así me sentí yo, quería que la clase pasara…

Nora - ¿Fue la primera vez que te pasó algo así?

YO – Noooo, me pasó muchas veces durante mucho tiempo, igual ya me había olvidado de esa sensación.

Nora – Contame sobre eso.

YO – Te cuento, pero pasó hace tanto que creo que no va a ser de mucha utilidad. Fue así, durante muchos años tenía una sensación de mierda en mi etapa de colegio secundario, cuando iba, cuando formábamos y cuando volvía del cole… Una re mierda… nunca le di bola, solo le daba pelota en ese momento y bueno cuando terminé el colegio se me pasó, hasta ayer.

Nora - ¿Qué te pasaba exactamente en el colegio?

YO – Ufff, me pasaban varias cosas, me acuerdo que el momento más angustiante era el momento de formación… Llegábamos tipo a las 7 y pico y nos hacían formar de menor a mayor, un embole, a tal punto que hasta que no estuviera todo el colegio formado no empezábamos con la oración a la bandera… Terrible, la decíamos de memoria y ni lo sentíamos… a tal punto que hasta te la podría recitar ahora… encima siempre había un boludo que hablaba, entonces lo retaban, después uno que fumaba en el baño y la conchuda de la rectora a las puteadas bajándonos línea de todo lo que NO debíamos hacer… una mierda, pero bueh…

Nora - ¿Qué era lo que te molestaba?

YO – En realidad me molestaba que lo hacían taaaaan largo el asunto… imaginate una formación de 15 minutos con todos los alumnos parados, quietos, perfectos, con el objetivo de portarse siempre bien… un ideal que no tenía razón de ser… agobiante, a tal punto que siempre, pero siempre se desmayaba alguien y había que sacarlo de la fila y llevarlo a preceptoría, un espanto… y después salías de ahí y te tenías que fumar a profesoras del año del pedo, que todo bien que sean unas viejas de mierda, pero la realidad me rompía las pelotas que vinieran con su método de enseñanza vencido, en donde en el salón no tenía nunca que volar una mosca y el uniforme siempre tenía que estar perfecto… ni hablar de las clases de educación física… definitivamente me hacía mal… siempre sentía que me iba a quedar sin aire, siempre me sentía para la re mierda… Bah, en todas las clases me sentía así.

Nora - ¿Y qué se sentía no desmayarse nunca y ser siempre la que no hablaba y la que hacía los ejercicios de educación física a las puteadas para adentro?

YO - ¿Cómo sabés que no me desmayé nunca si yo no te dije nada?

Nora – Porque si te hubieras desmayado alguna vez, no hubiera sido traumático a este nivel que me estás contando, solo hubiera sido un problema físico, lease un problema de presión baja o bien ya que sos trágica, voy a seguir tu línea, un problema de enfermedad mortal y no estarías acá hablando conmigo, en cambio tu “miedo” a poder desmayarte, a poder hacer las cosas mal iba generando cada día esa sensación unida al pensamiento constante de “no quiero que me pase” ¡Qué desgastante!

(Me quedo mirando al suelo)

Nora– ¿Qué sentías?

YO – Que me iba a desmayar que me podía morir.

Nora – Que te “podías” morir… pero no te pasaba… igual que en la clase de yoga.

YO – Si, es que yo sé que no me voy a morir en ese momento… No sé cómo explicarte, es la sensación de vulnerabilidad…

Nora – Y si… por un lado la “clase” con todo lo que eso implica, las órdenes, la imposibilidad de libertad y de seguir reglas, eso de lo que se puede hacer y eso que no y por el otro lado la idea de cuerpo, la idea de consciencia, de lo propio y lo de externo, de la inmensidad del universo. Los ataques de pánico son eso, la sensación de extrañamiento con respecto al resto, la imposibilidad de reconocimiento del yo y de lo que está alrededor, la vulnerabilidad de uno respecto al todo ¿Qué te parece esto que te cuento?


YO – Conocido me parece, “me hiciste volver atrás”. No quiero sentir que me voy a desmayar ¿Sabés cómo es la sensación? Como la del calambre en el pie. De repente te invade un dolor incontrolable e insoportable, el dolor “más fuerte que sentiste” hasta que te animas y estiras la pierna apoyando el pie, ahí, automáticamente el dolor se empieza a ir, hasta que se va. El músculo queda resentido pero se va.

Nora – Vamos por partes. Por un lado el desmayo es la pérdida de consciencia. Para vos desmayarte sería una solución, sería dejar de ser consciente. Ser consciente que estás creciendo, que tenés total autonomía respecto al mundo. No estar desmayada significa estar consciente, estar despierta. Por otro lado, al igual que el calambre, cuando “sientas” que este episodio vuelve a pasar, simplemente tenés que dejar de evitarlo. Si hay algo que el ataque de pánico tiene es que lo que se siente es impresionante. El nivel de intensidad es “máximo” sin embargo no pasa nada. Con el calambre tampoco pasa nada. Lo que sucede es que por ejmplo si estás en el agua y no te tranquilizas te podes morir ahogada, pero no por el calambre sino por la imposibilidad de moverte. Con el pánico es igual, si salis corriendo desesperada y no mirás cuando cruzas te puede pisar un auto. Pero no te vas a morir de “esa sensación”. Por eso es CLAVE que en este tipo de situaciones te conectarte con vos, porque lo clave de esos momentos son el extrañamiento externo y el desconocimiento propio. Tomate tu tiempo, respirá hondo… metafóricamente vas a respirar el mundo, entendé por qué te pasa eso, todo tiene un por qué y tenés las herramientas necesarias para entender ese por qué.

- Sonrío -

Nora – Claro que sí. Es como venimos trabajando en este tiempo y además de real, también debo decirte que las sensaciones son normales.
Por lo general cuando una persona vive este tipo de situaciones, llamamadas hoy por el posmodernismo “Panic Attack”, cree que solo le pasa a él, que ninguna persona en el mundo experimenta esta sensación. Justamente eso es lo que en cierta forma produce automaticamente angustia y vacio existencial, entonces ¿qué hace esta persona? evade, y evadiendo alimenta el círculo vicioso teniendo más y más miedo.

YO - ¿Entonces es normal?

Nora – Si y no. No todo el mundo sufre de estos ataques, pero los que lo sufren simplemente tienen que analizarlos, entender el por qué, esa es la única forma de dejar de sufrirlos. Nadie se muere por un ataque de pánico, de la sensación que lo produce. NADIE.

YO – Somos típicos Nora

Nora – Somos otro ladrillo en la pared, para bien y para mal. Y creo que the wall para esto que me estás contando es totalmente aplicable.



Salí de la sesión y como hago siempre, encendí mi ipod y puse the wall.
El tema comienza y al escuchar "You! Yes, you behind the bikesheds, stand still laddy!" sentí un escalofrío y un gusto a muchos años atrás a cuando iba a la escuela. Lo positivo de ser más grande es que entendés el por qué de las cosas. Podés ser frágil, pero podés entender por qué lo sos (Hace dos años me lo dijo Nora cuando cito a Sarte con “uno es lo que hace con lo que hicieron de uno”).


A los dos días volví a mi clase de Yoga y le conté a mi profesor que muchas veces en las meditaciones estoy intranquila y no las aprovecho, sino que me invaden sensaciones feas con angustia. Para mi sorpresa me dijo: “Es normal, estás empezando a tener noción de tu cuerpo y tu universo, no te preocupes, con el tiempo lo vas a poder superar y vas a disfrutar de todo este mundo de la meditación, por el momento relajate el tiempo que creas prudente y “si te sentís mal” abrí lo ojos y todo pasa”.



Dedicado a todos los que sufrieron y sufren estos ataques de ansiedad. Si les sucede tratenlos, si bien en el momento parece imposible poder superarlo les digo que con una gran terapia se sale sin ningún problema. Sean felices y disfruten de la vida.

jueves, 10 de junio de 2010

Analizame 38 - A destiempo

YO – Hola…

Nora – Veo que viniste corriendo…

YO – Si, estaba llegando tarde.

Nora – Bueno, pero llegaste bien.

YO – Si, porque vine corriendo… No doy más…

Nora – Y si, correr cansa…

YO – Lo que me cansa es que siento que siempre llego tarde o sino temprano y si llego bien, llego cansada porque llego corriendo ¿Entendés?

Nora – Si…

YO – Por ejemplo hoy llegué tarde porque calculé mal, los otros días por ejemplo también calculé mal y llegué tan temprano que me tuve que quedar sentada en el parque haciendo tiempo, la verdad que fue un horror porque pensé que me robaban…

Nora – Mirá vos…

YO – Pero esto me pasa en general, si llego temprano tengo que esperar y eso me angustia. Los otros días pensaba eso. Odio que me digan, nos encontramos en x lugar y después llegan tarde. Odio esperar, me angustia.

Nora - ¿Pensás que nunca van a llegar?

YO – Puede ser…

Nora - ¿Si?

YO – Pienso que la persona no llegó porque se murió en el camino o tuvo algo mejor que hacer… Me angustia esperar a alguien.

Nora - ¿Y llegar tarde?

YO – Llegar tarde me pone mal… pienso que la otra persona va a pensar que es una falta de respeto, que me cago en él o en ella…

Nora - ¿Qué más te hace mal?

YO – Me molesta tocar el timbre cuando llego a una casa y que tarden una banda en abrirme la puerta. Me genera violencia, siento que no les importa que me quede en la calle cagada de frío, que les importa tres carajos que me puedan afanar, que pueda tener ganas de ir al baño, lo que sea, siento que eso es lo peor. A veces deseo que en ese momento me roben así se sienten mal con ellos mismos.

Nora – Mira vos.

YO – Sueno re hija de puta Nora, pero no lo soy, le gente a veces en una mierda.

Nora – Y más cuando te hace esperar.

(Me largo a llorar)

YO –Me desgasto Nora, pienso en no llegar tarde, en no llegar temprano, en ponerle onda…

Nora – Tu encuentro con “el otro” es desgastante que no es lo mismo.

YO – (…)

Nora – No disfrutás. No disfrutás el viaje de ida ni tampoco el de vuelta, así el destino tampoco es disfrutado.

YO – Siempre estoy a destiempo.

Nora – Mmmmmm podría decirte que si, pero no…

YO – Si es la verdad, decime que es así. De hecho Nora con los hombres me pasa eso, siempre estoy a destiempo. Si no son muy pendejos, entonces tienen novia, si no tienen novia me conocen, no funciona y después de mí conocen al amor de su vida…

Nora – Me hacés reír tanto…

YO – Vos a mí en cambio me hacés llorar.

Nora - ¿Qué hiciste el sábado?

YO - ¿Eh?

Nora – Pobrecita además tenés problemas de audición… QUÉ HICISTE EL SABADO.

YO – Es que me descolocás Nora…

Nora – No me contestaste… después te quejás que se te hace tarde, claro si das 80 vueltas…

YO – Sos mala… Bueno, el sábado vinieron mis amigos a casa.

Nora - ¿Y después?

YO – Después nos fuimos a una fiesta, nos fuimos a bailar.

Nora – ¿Pero no me habías dicho que fueron a tu casa?

YO – Si, fue la previa en casa y después fuimos a bailar… encima un bajón, vino la policía porque la música estaba muy fuerte y la vieja de abajo vive jodiendo con eso…

Nora – “La previa” ¿Me explicás un poco qué es la previa?

YO – La previa es cuando te juntas con tus amigos antes de “La salida”. La previa es lo más, todos traen algo para tomar, escuchamos música, bailamos, hacemos kilombo, es el agite antes de salir.

Nora – ¿Nunca les pasó que se divirtieron tanto en una “previa” que no salieron?

YO – Mil veces… o peor, que salimos y que después la fiesta principal fue una cagada.

Nora – Te das cuenta que Tus previas en la vida, a diferencia de las previas de los sábados, no están buenas, por lo cual la llegada a destino, son movilizadoras y por lo general terminan siendo abrumantes desde el lado negativo, porque la carga que pusiste en esa previa es tal que no podés verla como positiva.

YO – Nora, simplemente estoy harta de llegar antes o de llegar después, nunca llego a tiempo.

Nora – Tu problema es que no disfrutas el proceso. El día que entiendas y sientas que TODO LLEGA Y TODOS LLEGAN, por más que vos llegues temprano, puntual o tarde, ese día vas a dejar de correr al pedo o de angustiarte por esperar, simplemente vas a disfrutar.

YO – (…)

Nora – No te desgastes que lo mejor está por venir, y si tenés dudas de esto, mínimo empezá a disfrutar más de las previas y por favor dejá de creer un poquito en las tapas de las revistas con frases pelotudas como "estuve en el momento justo en el lugar indicado", esa gente definitivamente cree en la suerte, tu vida en cambio, trata de procesos. Te veo la próxima semana.


Salí de la sesión y puse en mi Ipod a mi beatle preferido, al señor Harrison, que me susurraba al oído “All thing must pass”. La realidad es que todavía no sé si creerle, pero escucharlo me hizo bien, supongo que haberlo escuchado la sesión anterior cuando hablé de la muerte, me hubiera hecho mejor (¿Será normal llegar siempre tarde y llegar siempre temprano?)

Les dejo el tema


http://www.youtube.com/watch?v=FEWb1ym99aY