20 horas, toco el timbre del consultorio de Nora.
Nora – Hola… ¿Estás bien?
Yo – No…
Nora – Estás pálida, sentate que te traigo agua.
Yo – (Me siento)
Nora – (Me da un vaso de naranja) ¿Te bajó la presión?
Yo – Creo que sí… no sé, sólo sé que acabo de ver a mi ex en la calle y me fui corriendo.
Me debo haber quedado entre 5 y 10 minutos en el consultorio de Nora y me fui. La realidad es que no podía hablar.
Nota mental: Los ex deberían tener un país con bandera e himno propio, así todos viviríamos tranquilos; como mucho los veríamos una vez cada cuatro años en un mundial de fútbol y podríamos putearlos y escupirlos sin ser unas/os desquiciados psicóticos… todo sea por a patria.
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Hace 9 años
1 comentario:
Parece que veces las cosas se complejizan y donde tendríamos que ver a un ex desgarbado, nos encandilamos con el holograma condensado de nuestras inseguridades...
Como si corrieramos de nosotr@s mism@s y nuestra mente pudiera hacer explotar la realidad en mil pedazos.
La labilidad del límite, la precariedad de la cordura.
Cosas que pasan...
Ficción o realidad?
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